En los últimos años se escuchó muchas veces que “el efectivo va a desaparecer”. Sin embargo, la realidad argentina —y de gran parte de Latinoamérica— demuestra todo lo contrario. Aunque los pagos digitales crecieron, los billetes y monedas siguen siendo protagonistas en la vida diaria, especialmente en almacenes de barrio, ferias, transporte público, kioscos y compras cotidianas.
A continuación, repasamos los 5 mitos más comunes sobre el fin del efectivo… y por qué no deberías creerlos.
En Argentina, el efectivo sigue siendo el medio de pago más usado. Millones de personas dependen de él a diario: desde el comercio informal hasta supermercados, taxis y ferias barriales. Su aceptación universal y el hecho de no depender de internet o dispositivos lo mantienen más vigente que nunca.
Es cierto que el efectivo puede ser robado físicamente, pero también lo es que los pagos digitales están expuestos a fraudes, hackeos y estafas virtuales.
Cuando se gestiona correctamente —con cajas fuertes inteligentes y transporte de valores profesional— el efectivo es altamente seguro. Además, no depende de la conectividad ni de contraseñas.
Se suele pensar que los jóvenes solo pagan con tarjeta o celular, pero la realidad es otra. En Argentina, muchos prefieren el efectivo para controlar mejor sus gastos, evitar endeudarse y hacer pagos rápidos en recitales, colectivos, ferias y eventos masivos.
En realidad, pagar con billetes hace más visible el gasto y ayuda a organizar mejor el presupuesto. En muchas familias argentinas es común separar el dinero en sobres para administrar el mes. Además, las cajas inteligentes SafePoint permiten registrar y digitalizar cada movimiento, combinando lo mejor del efectivo con el control tecnológico.
El efectivo no va a desaparecer, sino a transformarse. Incluso en países que impulsan lo digital, los gobiernos garantizan el acceso al efectivo porque es inclusivo, protege la privacidad y es clave en emergencias. El futuro será híbrido: pagos digitales y efectivo conviviendo.
Los mitos sobre la desaparición del efectivo no se sostienen frente a la realidad argentina y global. Mientras existan brechas digitales, contextos de emergencia y necesidad de privacidad, el efectivo seguirá siendo esencial.
En Loomis Argentina trabajamos para modernizar su gestión, asegurando que el acceso al efectivo sea siempre seguro, confiable y disponible para todos.
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